Consejos para elegir las mejores ollas y sartenes para su cocina

¿Los armarios de su cocina están llenos de ollas y sartenes con mangos que se tambalean y tapas que no coinciden? ¿Acaba la comida más fundida en el fondo de la cacerola que en el plato? Esto es lo que hay que buscar en una batería de cocina. Boj nos brinda algunos detalles antes de comprar los sartenes:
¿Aluminio, acero inoxidable, cobre o hierro fundido?
El rendimiento de su cacerola depende de cómo esté hecha y de qué esté hecha. Si tiene una placa de inducción, debe asegurarse de que los utensilios de cocina que compre sean compatibles con la inducción. Consulta nuestra guía de compra de utensilios de cocina de inducción para más detalles.
Acero inoxidable
Es una opción popular porque es fuerte, dura, no corrosiva y asequible, pero los utensilios de cocina de acero inoxidable no conducen bien el calor, por lo que suelen combinarse con aluminio o cobre en bases de varias capas, que conducen y dispersan mejor el calor.
Las ollas de calidad suelen ser de acero inoxidable de primera calidad (18/10), que contiene un 18% de cromo (añadido para resistir la oxidación) y un 10% de níquel (para resistir los ácidos). El acero inoxidable con un 8% de níquel (18/8) tiene propiedades similares al 18/10.
Aluminio
Las ollas de aluminio conducen y retienen muy bien el calor, son ligeras, no se oxidan y suelen ser baratas, pero se calientan en toda la superficie de la olla, por lo que algunos alimentos pueden pegarse a los lados. Además, el aluminio se puede agrietar si se deja comida húmeda en él, lo que puede hacer que se filtre en la cocina. El anodizado puede ayudar a evitarlo.
Cobre
Las cacerolas de cobre conducen bien el calor y permiten un control preciso de la temperatura, calentándose y enfriándose rápidamente. El cobre tiene un buen aspecto, pero no es fácil de mantener limpio y es necesario recubrirlo para que no contamine los alimentos.
Hierro fundido
Las cacerolas de hierro fundido tienen una transferencia de calor muy uniforme a bajas temperaturas, pero tardan más en calentarse y enfriarse. El hierro es muy pesado y puede oxidarse y volverse frágil. Aunque los revestimientos de esmalte pueden ayudar a detener la oxidación, pueden astillarse si se manipulan con brusquedad.
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